LESIONES EN EL TENDÓN DE AQUILES

Las lesiones en el tendón de Aquiles pueden dividirse en dos categorías principales: lesiones traumáticas/rupturas y lesiones por sobreuso. Sin embargo, hay variaciones dentro de estos grupos, especialmente, entre los atletas que sufren estas patologías. El trauma puede ser brusco y fuerte o mínimo, sobre un tendón que ya ha padecido lesiones recurrentes o un sobreuso prolongado con degeneración del tejido. En el grupo de las lesiones por sobreuso podemos diferenciar casos con signos claros y hallazgos de sobreuso repentino o prolongado, y por otro lado, alteraciones con más o menos cambios degenerativos en los antecedentes de los síntomas.


La fisiopatología que resulta en dolor del tendón de Aquiles suele ser la carga mecánica del mismo. Sabemos que el tendón de Aquiles sano puede tolerar más de 500kg. de tracción directa, pero puede romperse con una fuerza mecánica mucho menor, con un estiramiento y torsión repentino e inesperado, tratando de corregir un movimiento voluntario. Músculos cansados, fatiga neuromuscular y la acumulación de lactato incrementan el riesgo de daño del tendón. Tras un fuerte uso y un sobreestiramiento, las fibras tendinosas necesitan tiempo para recuperarse. Si no pasa el tiempo suficiente, nuevos esfuerzos dañarán más el tendón, lo que conduce a su degeneración, desgarro parcial, tendinosis o ruptura total, por movimientos bruscos, sprints o gestos deportivos tales como saltos o patadas. Aunque la tolerancia del tendón de Aquiles al sobreuso es alta, si la suma de los cambios negativos es mayor al conjunto de cambios reparadores se producirán síndromes por sobreuso, dolor e incapacidad de entrenar.    


D. Sakari Orava (profesor, Doctor en Cirugía Ortopédica)

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